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Rememorando una parrilla de salida |
Las carreras de Sport Prototipos se prolongaban hasta que se nos pelaban las rodillas. Recuerdo que mi madre utilizó durante una temporada un inmenso rollo de papel continuo salido de quien sabe dónde, para hacer los patrones de los vestidos que cosía para sus clientas. De aquel rollo de papel salió el circuito más grande jamás construido: Le Mans. Tenía una longitud de siete metros y ocupaba casi todo el pasillo de la casa que alquilábamos en Buenavista, frente a los muelles de carga del puerto de Pasajes, frente al monte Jaizquibel, origen de nuestra pasión por los coches. Aquel circuito dibujado sobre el papel continuo albergó las carreras de resistencia más atroces. Tenía una recta (por supuesto representaba la recta de Hunaudiéres) de unos seis metros. Os aseguro que había que lanzar muy fuerte para hacer esa recta en una sola tirada. Cada hora de juego equivalía a seis horas reales, de tal modo que las 24 horas de Le Mans se realizaban en 4 horas de juego continuadas. En estas pruebas no sólo participaban barquetas y prototipos, sino también grupos de todas las categorías siempre que no fueran fórmulas o buggies. La pista se llenaba de cochecitos y había que poner especial atención para no pisar alguno. En cualquier caso teníamos los pies entrenados para eludir los alfileres que mi madre perdía y constantemente rodaban por el suelo de aquella casa.
Os presento aquí algunos modelos de protos, algunos con su aspecto casi original y otros retocados después. Muchas veces se trata de vehículos inventados a los que les asignamos la marca que nos dio la real gana.
Podéis hacer click sobre las fotos para acceder a enlaces relacionados con la maqueta en cuestión.
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Barquetas BP. Son protos inventados y muy antiguos. |
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